Antietiqueta: Decálogo de consejos para nunca brillar en sociedad en la era digital
Si has hecho 5 o más, difícilmente tienes un futuro social asegurado, al menos no en la mayoría de las sociedades occidentales:
1. Conviértete en paladín de la sinceridad.
Di lo que piensas, sientes o crees de todos sin filtros en cuanto tengas oportunidad. Cuanto más sincero, mejor. ¿Quién no ama cuando alguien nos dice nuestras verdades? Sobre todo si es un consejo no solicitado.
2. Procura ser expresivo en tus emociones, especialmente las negativas.
Las emociones como los diamantes, entre más brutos más potencial. Más aún si tu lenguaje corporal no está trabajado. Es como caminar totalmente desnudo en el transporte público.
3. Pierde la paciencia con frecuencia.
¿Cómo no amar los espíritus revolucionarios y prácticos que desafían sin demora a toda la humanidad para que salga de su zona de confort? La tolerancia es prescindible y añade matices y complejidad innecesaria en un mundo que no precisa complicaciones ni esmero en comprender la realidad.
4. Se un desafío: radicalmente único y ridículamente diferente a la vez.
Entre más extraño, mejor. Los consejos ajenos matizan tu esencia, luego no aceptes opiniones de nadie y traza tu camino. Los convencionalismos son para gente con necesidad de aceptación. Experimenta con la cordura colectiva.
5. Deja de adular.
Cualquiera que aspire a no brillar en sociedad debe siempre estar consciente que el ego promedio tiene incontables heridas de autoestima y precisa nutrirse de cumplidos constantes, para sostener su incipiente validación y satisfacer el reconocimiento mínimo para no sentirse amenazado.
En esta categoría se incluyen los likes y comentarios sobre las publicaciones de mi subespecie de millennial favorito: las divas de redes sociales que se tiran al piso para ser compadecidas y les levanten el autoestima reafirmando lo contrario de lo que escriben. O sea, que las levanten cuando se tiran al piso.
6. Conviértete en un muerto viviente aislándote de redes sociales.
El misterio es lo de hoy. Como dicen, “santo que no es visto no es adorado”. Así que si no publicas hoy en día al menos una entrada a la semana, es porque evidentemente estás muerto, y por lógica, un muerto no puede brillar en sociedad porque no se le puede sacar ventaja a un costal de vísceras en proceso de extinción.
7. Evita tomar selfies.
Es evidente que cualquier ser humano mínimamente atractivo tendrá al menos un admirador que le desee tronar sus huesitos en persona. Pero las selfies en redes potencian el alcance de convertirse en objeto del deseo público.
Dejar de publicar selfies y desde luego contenido ridículamente trivial que reafirme tu calidad de vida provocará que tu aceptación social en redes se vaya en picada. Las selfies son una aparente confirmación que valida tu pertenencia a la carrera por la supervivencia social, entre menos cotidiano el entorno, es mejor parámetro de éxito social.
8. Ignorar que la amistad tiene un límite socialmente permitido
Si evitas los pasatiempos y actividades grupales que te habiliten una vida social interactiva y piensas que la convivencia solo es un desvío de recursos en un mundo donde lo único que se requiere es la apariencia. Estás en el camino para nunca brillar en sociedad. Ir más allá de la convivencia necesaria es un lujo que hay que escatimar en la era digital. Si rompes este principio, quebarás la barrera que evita la posibilidad de entrar en contacto con sentimientos genuinos y por tanto, automáticamente poner en riesgo tu éxito social.
9. Usa tu espíritu nerd con frecuencia
¿Cómo no amar al cerebrito que todo lo sabe y que tiene un dato estadísticamente soportado para el aspecto más inofensivo en la vida? Especialmente cuando el conocimiento no se usa para iniciar un comentario o darle vida a un argumento en una reunión. La memoria colectiva adora llenarse de anécdotas.
10. Sigue las reglas
Apégate a lo establecido y descubre qué tan aburrido puedes llegar a ser. Aburrido es sinónimo de muerte social y la forma más rápida de nunca brillar en sociedad.
Por publicar este tema, evidentemente puedo comprarle desde ya una corona de flores a mi brillo social futuro. Como si esto ayudara a dejar de cuestionarme mi deseo de pertenencia a la raza humana en la era digital.