RCFE
Tenía el corazón saliendo de mi pecho. No paraba de latir, y cada vez que miraba hacia abajo, veía a los revolucionarios, cada vez menos, mientras sus cuerpos sin vida caían al suelo. Nunca pretendimos empezar una guerra, solo queríamos cambiar la forma como se hacían las cosas. Se nos estaba acabando el tiempo pues no faltaba mucho para que el Comité de Feministas Extremistas (CFE) encontraran nuestra base y nos capturaran. Y si lo hacían, nos culparían por la revolución, nos torturarían y nos harían pagar. Jus drein jus daun, sangre debe responder a sangre, era su lema. O por lo menos lo era en tiempos de guerra.
Sentía las gotas de sudor bajar por mi cuello mientras Jasper y yo tomábamos una decisión. El se acerco y dijo
-Debemos irnos ya si queremos sobrevivir.- Yo me quede pensando, observando las tropas del CFE, sin poder pensar en otra solución que escapar.
-Tienes razón,- le respondí, asintiendo mi cabeza, -debemos ir a las cápsulas de criogenización donde te encontré.
-¿Como las vamos a encontrar? Estamos en un bosque enorme.
- Yo recuerdo donde es, he caminado este bosque desde pequeña. Ademas, están muy cerca de aquí. Llegaremos en dos minutos.
Volteé y comencé a caminar, dirigiéndome en la dirección de las cápsulas.
Llegamos a las cápsulas, un cuarto bajo la tierra que estaba camuflado por las plantas alrededor. Abrí la puerta y entramos, bajando al lugar donde encontré a Jasper semanas atras, su cuerpo inconsciente dentro de la cápsula cristalizada. Jasper entró y selló la puerta, activó la reserva de oxigeno, y empezó a preparar las cápsulas para que pudiéramos usarlas.
-Están listas,- dijo Jasper, -debemos entrar pronto, antes de que se apague la reserva de oxigeno. -Solo debemos presionar el botón en el interior de las cápsulas, y entraremos en coma. Las he adecuado para que nos despierten en 50 años.
Me acerco a la cápsula y la abro. Sale un vapor frío que me envuelve, me siento en la cápsula y observo a Jasper. Tengo muchas preguntas sobre las cápsulas pero no tenemos tiempo para discutir cosas que no sean indispensables.
Jasper y yo nos acostamos en las cápsulas y empezamos el proceso de alistar nuestros cuerpos para entrar en coma. Al completar el proceso, nos despedimos, yo presiono el botón, y empiezo a perder conciencia.
Escucho pasos en la compuerta del búnker, voces que se hacen cada vez mas lejanas, pero no por que se estén yendo, mas bien porque yo estoy perdiendo conciencia.
-Hay algo debajo de nosotros,- dice una voz extraña, -tenemos que ver que es.
Quiero hacer algo, evitar que entren. Después de todo, no se si son revolucionarios o soldados del CFE, y no lo quiero averiguar. Pero es muy tarde, estoy casi inconsciente y lo único que recuerdo es como empezó todo esto. En este mismo lugar, la primera vez que vi a Jasper.
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Estoy caminando por el bosque, es lo único que hago últimamente. Uso todo mi tiempo libre para estar en la naturaleza, me distrae de los conflictos de la ciudad y de lo que se espera de mi en ella.
Miro los arboles y las hojas que caen de ellos, las sigo hasta que tocan el suelo. Mi visión sigue a una hoja muy particular, ya que tiene una forma de mano. La estoy siguiendo, viendo como el viento la manipula y altera su camino. Estoy como en un trance entonces no se donde estoy pisando. Me tropiezo y escucho un sonido metálico, como si fuera una caja vacía hecha de metal. El eco duro unos 3 segundos, pero es suficiente para llamarme la atención. Camino por aquí todos los días pero nunca he pasado por algo metálico, arruina la paz de la naturaleza, así que lo intento sacar de ella para desecharlo apropiadamente. Al jalar el pedazo de metal, se abre una compuerta. Unas escaleras bajando a un cuarto bajo la tierra. Se que no debo entrar pero mis piernas tienen mente propia y me encuentro dentro dela estructura metálica.
Miro a mi alrededor y me decepciono. No hay nada aparte de dos camas y un monitor de computador. El monitor esta prendido, deben haberlo usado recientemente. Que lugar tan extraño este, no tiene nada. Es como si lo usaran para esconderse.
Me acerco a las camas y no son camas. Son un tipo de ataúd, pero son invisibles y tienen tubos entrando por los lados. En uno de ellos hay una sabana blanca cubriendo lo que hay debajo. Lo abro y al remover la sabana, veo unos ojos que se abren y un hombre se levanta, como si resucitara. Sus ojos grandes y sus pupilas dilatadas, toma aire y tose, como si se estuviera ahogando. Parece de otra época por su ropa, la cual es muy reveladora. Su pelo esta descubierto y me mira a los ojos. Lentamente retrocedo, alejándome del hombre que me mira y analiza con tanta confianza y confusión.
-¿Que año es?-dice el hombre, su voz ronca y seca, como si llevara un largo tiempo sin usarla.
Me niego a hablarle, la confusión y el temor me paralizan. Quiero saber quien es y porque me mira directamente a los ojos, pero no pienso que ayude mucho, así que le respondo.
-¿Como que que año es? Eso es obvio, 2100, - le respondo, cautelosa pero con una intriga profunda.
-¡Entonces funcionó! No estaba seguro de que fuera a sobrevivir cuando me metí en esta cápsula de criogenización, pero si lo hice. Desperté mas temprano de lo que debía pero seguro fue porque tu interrumpiste el proceso. Mi nombre es Jasper, soy del año 2050. Gusto en conocerte.
-Yo soy Lexa, pero lo importante es, ¿dijiste que eres del año 2050? ¿Como es posible que todavía te veas de 20?
-Mi cápsula de criogenización conserva el cuerpo de alguien vivo durante 100 años, aunque no se si tenga efectos secundarios, aun es un prototipo. Esta es la primera vez que lo uso.
-Bueno pues es muy interesante tu maquina, pero yo me tengo que ir, - le digo, retrocediendo aun mas hacia las escaleras. Comienzo a subirlas, me siento vulnerable en un lugar tan cerrado y desconocido. Debo salir de aquí, no se que puede hacer este hombre. Además, tiene mucha confianza y rompe las reglas del CFE. Me mira a los ojos y tiene su cabeza y brazos descubiertos, me habla sin que yo le hable. Cualquiera de esas cosas lo llevarían a ser arrestado en la ciudad, pero prefiero no involucrarme con alguien del pasado. Alguien que viene de cuando los hombres aun tenían superioridad y poder.
-Espera, llévame a tu ciudad. No puedo quedarme aquí. No conozco nada de lo que hay ahora.
-Esta bien, pero hay reglas. No hables si no se te habla, cúbrete la cabeza y los brazos, y no mires a ninguna mujer a los ojos. Es eso o que te arresten.
Salimos del búnker y nos dirigimos hacia la ciudad.
Estamos entrando a la ciudad y empieza a llover. Se ponen oscuras las calles y la atmósfera se torna opresiva, peligrosa. Siempre esta lloviendo en Londres pero nunca me acostumbro a la oscuridad que trae. Veo a los hombres que viven en la calle porque no tienen esposa. Sin esposa no pueden tener nada. Veo sus brazos, los chips de identificación que tienen, y me doy cuenta que Jasper no tiene un chip. Si alguien lo encuentra y queda en chequeo aleatorio, los arrestaran y probablemente torturan por información de donde viene y quien es. También de quien lo ayudo. Yo lo ayude y me considerarían traidora del estado. Esto fue un error grandísimo. No pensé en las consecuencias y ahora me toca seguir ayudándolo porqué no puedo arriesgar que lo encuentren y me meta en problemas.
Comienzo a caminar hacia mi apartamento, acelerando el paso cada vez que veo una policía o guardia. Entre mas tiempo este afuera con Jasper, mas peligroso se vuelve todo lo que haga. Si logro llevarlo a mi apartamento y esconderlo, podré pensar en una solución.
Llegamos a mi apartamento y le doy a Jasper ropa apropiada para un hombre. Le doy turbante y ropa que le cubre todo menos la cara. Ahora no será tan sospechoso salir con el. Pero aun esta el problema del chip, así que llamo a Alias, ella me ayudara a conseguirle uno sin tener que arriesgar nada.
-Alias, necesito un favor. Necesito un chip de identificación para un hombre que nadie conoce.
-Baja a mi tienda. Acaban de llegar 20, si llegas pronto te lo puedo dar ya. Si no, te toca esperar otro mes.
-Listo, nos vemos allá, - cuelgo el teléfono y me dirijo a Jasper, -Voy a ir afuera un rato, no salgas y no hagas ningún sonido. Nadie puede saber que estas aquí.
Salgo de mi apartamento y pongo doble llave, nadie entra y nadie sale. El secreto de estar escondiendo a Jasper vuelve lo oscuro de la noche, en amenaza, paranoia de que alguien me este siguiendo. Miro atras pero no veo nada. Mis nervios aumentan con cada paso. Por suerte, la tienda de Alias queda a solo un par de cuadras de mi apartamento y llego pronto. Toco el timbre y Alias presiona el boton para abrir la puerta. Entro a la tienda y me dirijo a la parte de atras, donde esta la oficina con Alias sentada en una silla detras de un escritorio de madera rustica.
-Alias
-Lexa, llegaste rápido.
-Si pues necesito ese chip urgentemente.
-Aquí los tengo, uno te vale 100 centanos. Y eso que te estoy haciendo una rebaja, a otros les vale 150.
-Esta bien, - le dije mientras le entregaba el dinero.
-Un placer hacer negocios contigo, espero que la próxima vez que vengas no sea para cosas ilegales.
-Alias, sabes que no puedo pensar en lo nuestro aún, y se que haz esperado mucho tiempo, pero te pido que esperes un poco más, - le dije mientras me iba de su tienda, dejándola con desaliento. No tenia tiempo para hablar de esas cosas aun. No estaba lista. Pero sabía que Alias si esperaría un poco más.
Al volver a mi apartamento veo a Jasper viendo televisión, alguna serie de distopía.
-Jasper ven aquí, te tengo que poner un chip en el brazo.
-Esta bien, ¿me va a doler mucho?
-Probablemente pero te toca, -le dije mientras hacia una incisión de 1 cm de ancho para introducir el chip en su brazo.
-No me dolió, yo soy muy fuerte,- dijo Jasper mientras caía una lagrima por su cachete.
-Bueno ya me voy a dormir, tu puedes dormir en el sofá, hay cobijas en el closet al lado del baño.
Me retire a mi cuarto y cerré la puerta con seguro. Me acosté y no tarde mucho en quedarme dormida.
Cuando desperté escuche sonidos viniendo de la cocina, así que me desperté y fui a ver que estaba pasando, Jasper estaba haciendo desayuno para los dos, asi que nos sentamos y desayunamos.
-Buenos días Jasper, ¿como va tu herida?
-Buenos días Lexa, va muy bien gracias, aunque preferiría que no me hubieras cortado el brazo.
-No había otra manera.
Desayune rápido y me aliste para el trabajo. Ya estaba tarde.
-Jasper tengo que ir a trabajar, haz lo que quieras, aquí hay unas llaves. Recuerda las reglas que te dije ayer, -le advertí antes de irme.
Al mediodía recibí una llamada. Habían arrestado a Jasper por conducta inapropiada en publico. Ese idiota había hecho exactamente lo que le dije que no hiciera. Salí de la oficina y fui a la comisaría, yo era responsable de los actos de Jasper, así que debía ir a sacarlo de la carcel o se tendría que quedar allí una noche entera.
Me acerque al escritorio de ayuda y pregunte por Jasper. Tenía que pagar por su salida. Este hombre ya me había sacado mucho dinero. Le di el dinero al contador y me entregaron a Jasper. Una policía se acerco y me dijo que lo controlara, porque si no lo tendrían que condenar a 2 años de carcel. Salí con Jasper de allí y fuimos a mi apartamento. Al entrar lo primero que me dijo fue
-Accidentalmente me uní a una revolución y puse una bomba en la carcel para que puedan escapar y empezar la revolución. Debe estallar en cinco minutos.
-Jasper ¿me estas tomando el pelo? ¿Sabes cual es el castigo por traición? Es muerte, lenta, con tortura.
-Lo se pero ellos me explicaron la situación en la que esta la ciudad y tuve que ayudarlos. Los hombres merecen tener los mismos derechos de las mujeres. Antes era al contrario y las mujeres tomaron control a la fuerza, no hay forma de razonar con ellas. Hay muchas mujeres que no están de acuerdo con lo que esta pasando, más de la mitad de las que hay en la ciudad, pero no han hecho nada porque le temen al estado y a lo que les pueden hacer. Pero cuando explote esa bomba podrán empezar la revolución y yo ayude a empezarla, a cambiar la forma como se hacen las cosas, - no podía negar que la idea de cambiar las cosas me sonaba bien, pero no era capaz de empezar una revolución. Era demasiado extremo. Tampoco era capaz de poner una bomba. Pero si quería ser parte del cambio. Tal vez ayudaría a cambiara las ideas de como me debía comportar, las cosas que debía hacer. Tal vez la bomba no era tan mala idea. Ya estaba cansada de tener que probar que era a mejor a todos, a probar que era fuerte, que nada me importaba si no era mi trabajo o el estado. La revolución me ayudaría a tener una vida más feliz, más libre.
-Jasper quiero unirme a la revolución, tu ya eres parte de ella entonces ayúdame a entrar.
-Pues yo pensaba volver a mi cápsula, después de todo, esto va a llevar a guerra y no quiero ser parte de esto. Deberías venir conmigo, despertaríamos en otra época, una época- de repente escuchamos una explosión. La bomba. Ya todo iba a empezar. Mire a Jasper y corrimos hacia el sonido.