Juan Diego Graus

Llamado a la resistencia.


¡Camarada! ¡Compañero! ¡Hermano! me dirijo a ti, mi amigo!


La debacle académica iniciada el 24 de septiembre después de recibir la

primera de las evaluaciones, continúa.


A pesar de ser grandes participantes en clase, asistir hasta altas horas de la noche a asesorías y comprender los temas de manera satisfactoria, esto no parece ser suficiente para los niveles que exige la institución.


En el curso de matemáticas después de un heroico esfuerzo, el promedio hoy ha dejado de ser mayor que once. La misma situación ocurre en las distintas ramas de redacción y lectura y la esperanza es cada vez menor.


¿Cómo puede haber sucedido que nuestro glorioso conocimiento en la rama de álgebra y humanidades haya sido amilanado por los complejos problemas que establecieron estos profesores? ¿Es realmente cierto que ingresar a la universidad del pacifico es imposible por su alto nivel académico que sólo algunos pueden alcanzar? ¡Por supuesto que no!


La vida te demostrará que no hay metas imposibles, y nunca las habrá (...) Lo mismo debe ser dicho hoy sobre ingresar a esta universidad. Esta institución aún no se ha encontrado con una persona seria que le demuestre que su nivel puede ser sobrepasado a base de esfuerzo y práctica. Dudo que se haya encontrado con personas de tan alta habilidad natural y empírica como yo, y si como resultado de esta resistencia que queda logramos levantarnos, podremos y les demostraremos con que rival tan fuerte les tocó lidiar esta vez.


No puede caber duda que esta efímera ventaja que hemos perdido contra la universidad es sólo una de tantas batallas, mientras que la sólida y poderosa base que se ha logrado a lo largo de este año es admirable y exponencialmente grande a comparación de compañeros que dejamos en el 2013.


En caso de volver a ver la derrota en el cuarto examen y saber que todo ya esta consumado, aceptarlo como se aceptan tantos golpes en esta vida y nunca dejar de mirar hacia arriba, hacia donde en verdad merecemos estar.


En esta recta final del año no estaremos solos. En este episodio final del 2014 contaremos con la familia que siempre estará ahí y a ciertos seres queridos que, aunque no tengan nuestra sangre, permanecerán de nuestro lado.


Amigo mío, nuestra habilidad es innumerable. La arrogancia de ciertas personas que acabaron con el sueño pronto les descubrirá su coste.


¡Todas nuestras fuerzas para acabar con esto de la mejor manera! ¡Todas las fuerzas para demostrar quienes somos! ¡Adelante, por la victoria!


- Juan Diego Graus, 10 de setiembre.