Giuliana

Poemas Sustanciales






Felicidad en el amor


Hay pleitos cuando se deja de mirar

El lado bueno de las cosas, sin dudar.

Me he dado cuenta de pensamientos azarosos,

Reseñas de momentos en los que nos sentimos valiosos.


Queremos ser tocados cuando hacemos algo bien,

Ser aplaudidos y mimados en ese vaivén.

Pero al otro lado, se escucha un vacío impreciso,

Nos detenemos y nos preguntamos qué fue lo omiso.


Como si arreglara nuestros sueños más ocultos,

Somos amados en felicidad, en amor compartidos.

Siempre hay un atardecer bonito, calmo y esparcido,

Donde la felicidad y el amor se entrelazan sin aviso.


Pasión en medio de la querella


Si me enojé contigo,

fue un volcán en erupción,

mis palabras ardientes,

una tormenta de furia en explosión.


Bajo mi fachada de calma,

un reloj marcaba el tiempo,

señalando el momento de alejarme,

dejar atrás el daño y el desencuentro.


Somos dos extraños en este paisaje,

si tuviera que besarte,

sería un dulce perdón que se entrega,

en medio del abismo donde el amor se desvanece.


Fueron palabras suaves las que se unieron,

a estas sonrisas distorsionadas y crueles,

ya no sé si debo decir "espera",

cuando te alejas hacia un destino que ninguno de los dos anhela.


Despedirse se convierte en un lamento,

una disculpa compartida,

pues ambos estamos enamorados,

de la incertidumbre y el cambio en nuestra vida.


Amigos o amantes, nos atrevemos,

a abrazar la inconstancia y la incógnita,

en este deseo de verte bien,

sin cuestionarnos, sin prisa ni prudencia.


El encuentro de las almas libres


Uniendo el día en una sola pieza

Sin ataduras, con pocas horas

Sin depender de los minutos

Cayendo suavemente sobre la tierra

Caminando, dejando que el tiempo se agote

Independientes, como almas nobles.


Cuida la manecilla, que no se rompa

Al llegar la madrugada

Evitemos que nos corten las caras

Sin revelar nuestras identidades

Independientes, como sinceridad pura.


Millones de estrellas se posarán

Yo en esa esquina te esperaré

Cantando en los oídos más ancianos

Alguien con un acento dulce

Se mirarán al espejo diciendo

Independientes, como evidencia clara.


Sus cabellos, dorados como caramelo,

Se adhieren a sus dedos

Y se vuelven postre en sus manos

La paloma ya no sabe hacia dónde volar

El tiempo se retrasará

Con su perpetua lentitud

Morir a la luz de la luna sería

Independencia y libertad.


El mosaico de la incomprensión


Estoy ansiosa y desconcertada,

No sé qué busco en los rostros,

De personas amables y cálidas,

Solo un poco de comprensión,

Para los amaneceres de partida,

Y los atardeceres de retorno.


Con ternura, ella atesoraba,

Con pasión, su felicidad,

Que se revela con un beso,

De labios esculpidos en yeso.

Se mantiene erguida y altiva,


En busca de más heridas,

Sabe que no las encuentra,

Sin embargo, se sientan,

A su lado,

Duelen y advierten,

Se sienten con desesperación,


La comprensión,

De los escasos soles,

Como el único anhelo de lo que buscaba.


Bajo el manto de la superficialidad


Sé fortuito con mi destino

Un hombre desconfía

De su propia caballerosidad

Se peina con alegría

Y busca un amorío

De cuerpo ligero

Con guantes de seda

Alquila un traje

Sin arrepentimientos vanos

Por su escaso salario

Un regalo deseo: mostacillas de colores

Si conoces mi paradero

Compasión y afecto.


Instantáneas del deseo


Que se despliegue la cama

Que nuestra unión se haga presente

Que la luz se desvanezca

Y estemos al borde de cada imagen

Que lo nuestro sean lienzos, es decir

Pinturas rebeldes

Que se entremezclen,

Con polvo en las paredes

Salsa en los cuerpos, caricias

Y deleites, de lo más exquisito

En sabor a noche carnal

Y aún con fotografías instantáneas.


Sombras y susurros


Si llega la mujer desnuda

La primavera tardará

Serán la sombra y el recelo

Quienes la harán temblar.


En una noche fría

Miles de susurros se recrean

En el abrazo de sus caderas.


Septiembre volverá si ella lo ordena

No como aquel día

No como aquella idea

De una elección eterna, obstinada

Ella abrazó el dilema.


Agonía del estómago: Un grito silente


Mi estómago afligido me atormenta

Siento tijeras punzantes en mi pecho

Me recuesto en el suelo

Mi cuerpo se agita inquieto

Mi estómago clama por ayuda

Con el corazón como aliado

Me hacen sentir tan mal

Ya no veo el cielo, solo lo recuerdo

Estoy tendida sobre él

Sin embargo, se abre

Aquella puerta

De manija peculiar

Como soldados marchan hacia mí esas personas

Me empujan, me jalan y

Ya no saben cómo aliviarme

Con voces excitadas emiten órdenes

Para explorar

Mis padecimientos

Pobre de mí

Pobre de los cómplices

Que yacen tan adentro.


El abrazo de la amistad


Anhelo una mujer que duerma plácidamente

Que no sea perturbada por pesadillas

Con una voz dulce como la miel

Amable en su melodía

Empática

Comprensiva de mis palabras

Que comparta una sonrisa sin esfuerzo

Que lo haga con ternura

Serena en sus quehaceres.

Busco una mujer con sabiduría y sinceridad

Diversidad: una amiga.


Estrella inmortal


Mujer; belleza congelada

Todo y nada te mereces

Compartes tu fertilidad

En pequeñas ramas, tu fruto florece

Tus cabellos rebeldes acaricio con mi mano

En tus manzanas, encuentro deleite.

Con sangría, el bebedor brinda de día

Resplandece aquel cuyo valor estigmatiza

El sabor de la pasión

Anhelo descender al baile

En el vuelo, muero al caer la noche

Suelen cantarle a la hermosa

Y si no, llamarle Estrella.


La vitalidad de los estático


Cuadros pequeños de raíz plana

Puertas selladas con goma

Piedras largas en reposo

Pulsan la naturaleza en porcelana

Buscan un fin compartido

Ser amistades de los vivos.

Traen enseñanzas liberadoras

Convirtiéndose en semillas de esperanza

Para los compromisos vacuos

Pues van más allá de un simple acto

Fértiles al tacto.


En vigilia la virginidad


Beatificar la santa palabra

Ruptura

Movimiento al compás

Cimiento de paz

Joven inexperto en traje

Con una vela nocturna encendida

Solo se reprocha,

Sin su aliento fresco

No se atreve a decir algo concreto

Las manos se distancian, rencor

En lugar de unirse por amor

Tristeza sombría en vigilia

Sintamos el poder de la Biblia

Recorrer las zonas frías

Que dejaron los cuerpos de ayer

En algún lugar de frondosidad pauperizada

Desatando su ofrenda

La pura virginidad.


El conocimiento del nombre


El nombre todo lo sabe

Llama al único beso

Amor silencioso que aún cabe

Un cantor sale ileso.


Disimulo la energía

De una admiración pura

Perdiendo la alegría

En la más triste cura.


Capa de confesión

Del turbio fulgor de tu nombre

Escasa medicación

Guardada en un pequeño cofre.


Disipo la amargura

La ceguera impía

De la gran armadura

Con la que se veía y afligía.


El beso en la memoria


Recordando un beso

Sacrificio de tardes en papel


Miradas estrechas,

Comunicación a distancia,


Y al día con sueño,

Aparece el dueño


De las noches confusas

Con ganas de sentir,

De mentir la palabra "morir"

Por deseo.


El plebeyo se siente satisfecho

Del gran ápice concluido.


El corazón cristal


Se ha formado un tumor

Como colina en el pecho,


De oscura profundidad.

En cada rincón del lecho

Se refleja su presencia,


Palpita con fuerza

El corazón frágil del enfermo,


Se romperá, invadiendo el amor certero

Hacia la humanidad.

Un espacio de reflexión sana,

Paz y hermandad.


El escultor de los deseos


Delegada esbeltez hacia el cielo,

La belleza se paraliza,

Con cuerpo de golosina tan dulce,

La condesa se apresura.


Vamos en busca de la mina

Escondida en la neblina,

Del corazón que deslumbra,


Encontraremos un escultor

Que al final nos ayude

A unir ambos cuerpos anhelados,


En fina unión de amigos,

Un compás en el borde del delirio,

Símbolo de amor.


La conexión entre palabras y emociones


Hay letras que son verdad

Alimentadas con soledad

Otras, delgadas de maldad


Yo prefiero las que están en medio

Sin cicatrices marcadas

Ni flacidez desbordante


Porque hay letras que en verdad

Causan malestar

Y una vez digeridas

Se identifican.


Cautela y Emoción


Madera auténtica,

Te emocionas con todo,

Al escuchar las voces extrañas,


Ten cautela al sentirte como invitada,

Coqueteando con el hacha más acusadora,

Que con sus manos introduce


Y te corta las entrañas.

Cuidado con la caída,

A tu espalda tienes un compañero


Que se despide con carcajadas.

Si no pisas tierra,

Es porque ya te han descartado,


Qué pena por tu pérdida de esperanza,

Pues la sombra que te arrastra llega tarde.



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